El mal de altura o soroche, como también se le conoce en los Andes, es una enfermedad causada por la falta de oxígeno en el cuerpo. A medida que subimos más alto, la presión atmosférica es menor, por eso sentimos que “nos falta el aire”.
Ocurre cuando se asciende de forma brusca a altitudes por encima de los 2.400 metros sobre el nivel del mar, como cuando viajas de Lima (161 m.s.n.m) a Cusco (3,399 m.s.n.m) en avión.
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El mal de altura es muy fácil de reconocer por sus síntomas. Como menos oxígeno llega al cuerpo, se siente:
En general, el mal de altura se siente como si tuvieras resaca sin haber bebido alcohol. El agotamiento puede hacerte sentir malestar general como tuvieras gripe.
Sin embargo, hay otros síntomas más graves como:
En esos casos es importante buscar ayuda médica de inmediato porque podría derivar en un edema pulmonar (agua en los pulmones) o edema cerebral (agua en el cerebro).
Otra solución inmediata es descender de altura para incrementar la cantidad de oxígeno disponible, y disminuir los síntomas relacionados con la altitud. La disminución de la presión sobre el sistema nervioso puede aliviar el malestar, pero igual es importante ir al médico.
Se cree que el mal de altura no afecta a las personas que están en forma, pero esto es un mito. Hay otros factores como la edad, ascender muy rápido, hacer actividad física sin estar aclimatado, dormir mal, comer en exceso o hidratarse poco que también pasan factura.
Algunos consejos para prevenir el mal de altura son:
Hay una relación directa entre el mal de altura y la velocidad con la que se cambia de altitud. Mientras más bruco es el cambio, peor se manifiestan los síntomas. Por eso, viajar bordeando la cordillera de los Andes y ascender poco a poco es la mejor manera de evitar el soroche.
La ruta que proponemos en Peru Hop es ideal para hacerlo porque nuestros buses viajan haciendo paradas estratégicas en lugares que son joyas escondidas de Perú.
Por ejemplo, Nazca está a 520 metros sobre el nivel del mar, mientras que Arequipa está a 2.335 m.s.n.m pero en nuestra ruta hacemos una ascenso paulatino durante toda la noche y podrás dormir en nuestros cómodos buses. Por lo que, al llegar a Arequipa estarás descansado y más aclimatado a la altura.
Si los síntomas del mal de altura te alcanzan, la regla de oro es descansar el primer día de viaje, tomar mucha agua y hacer todo más lento. Esto es muy importante porque tu cuerpo está recibiendo menos oxígeno en la sangre y las actividades bruscas pueden afectarte.
Eso no significa que el mal de altura va a arruinar tu viaje, sólo debes bajar un poco la velocidad. Por ejemplo, caminar más lento de como usualmente lo haces, evitar correr o esperar estar completamente aclimatado para hacer actividades físicas exigentes.
También hay que cuidarse mucho durante el viaje. Los excesos como el alcohol deben reservarse para cuando ya el cuerpo esté completamente adaptado, esto porque la deshidratación es tu peor enemiga en las alturas. Comer ligero y tomar mucha agua es la clave.
Uno de los consejos frecuentes de los viajeros es que, mientras más alto estés, el cerebro tarda más en enviar señales corporales por lo que hay que tomar agua antes de tener sed, comer ligero antes de tener hambre y descansar lo suficiente para no forzar al organismo.
Trata a tu cuerpo con consideración y evitarás molestias.